CARTEL

 

 MEDALLA

 

Stsimo Cristo del Casco

MOTOROCÍO, 97

 

PENITENCIA (II)


La historia es testigo muchas veces de que las dificultades que sobrevienen en la realización de cualquier evento consiguen hacerles desaparecer, con lo cual se demuestra su fragilidad y falta de valores o bien, por el contrario su contenido en valores le hacen fuerte y incluso le sirven de bandera en desafio a las abversidades, de esta forma se logra su continuidad.

En la edición del Memorial MotoRocío del año anterior de 1.996, desgraciadamente, tuvimos que sufrir la falta de apoyo y consideración por parte de "LA" nueva persona, en quién recaía la responsabilidad de cedernos la casa que nos servía de centro de recepción (cocina, comedor, almacén y servicios), para quienes habíamos demostrado desde el año de 1.990 una total preocupación, no solo ya de la problematica en que se relaciona el Memorial, sino también de devoción y respeto para la Santisima Virgen del Rocío y el entorno Rociero.

Tuvimos que lamentar profundamente el tener que demostrar a personas, con muy poca sensibilización a los problemas que se derivan del Memorial MotoRocío, que si bien nuestra imagen de moteros no es la que desearíamos tener, nuestros sentimientos y nuestra solidaridad sí lo son, tan fuertes y profundos, que no nos importó soportar tres años en la calle, con el frio e inclemencias del tiempo (diciembre), falta de servicios sanitarios, comedor, etc. Pero sobre todo nos sirvió para realzar en estos tres años nuestra Fe y Amor a la Virgen del Rocío y nuestro Homenaje y Recuerdo hacia quienes fallecieron en accidentes de tráfico, por encima de dificultades, que no hicieron más que demostrar la incomprensión y marginación de nuestros problemas de Seguridad Vial a la que este colectivo esta sometido.

Es paradógico que quienes más se preocupan y más sensibilización demuestran por los problemas y las mejoras del mundo de la moto, sean los que ha veces (por dar la cara) sufran las consecuencias, de la falta de conocimientos, de quienes sólo ven en nuestro mundo: problemas, miedo, ruidos, gamberros, etc...., a los que (valiéndose del poder) se quiera erradicar. A veces siendo testigos de diversos comportamientos de personas montadas en moto: antisociales, malas conductas, falta de escrúpulos, etc..., pudieramos pensar que no les faltan razón, pero es cuando recordamos a tantos y tantos moteros de verdad, de sentimiento, solidarios, que no se merecen tal generalización. A pesar como en este caso, de que por ellos, por los malos aprendices de moteros, los demás tengamos que pagar penitencia (durante tres años).


Desde aquí nuestro agradecimiento a los que durante estos tres años de penitencia y a pesar de las dificultades, no faltaron al Memorial MotoRocío.