"Han
pasado sólo unos minutos después de la Misa Memorial
y me doy cuenta que a partir de este momento habrá un
antes y un después en mi vida. He notado que había
quién estaba atento a cada uno de nuestros gestos y actitudes;
he llegado a la conclusión de que los mismos almonteños
se sorprendieron de nuestro comportamiento".
MIS
SENTIMIENTOS
La Ermita
del Rocío es un lugar de culto religioso. Allí
se genera un sentimiento devoto que circula dentro de los cuerpos
de miles de personas, Para los motoristas presentes también
es un grito en el cielo de nuestra sociedad. Un grito que alguien
debe de tomar como estandarte para defender los más profundos
de los sentimientos del ser humano, y entre ellos incluyo, sin
temor a equivocarme, el de la amistad y la camaradería
motorista.
Después
de la emoción, a duras penas contenidas, que me produjo
la Misa Memorial en recuerdo de los amigos y compañeros
muertos en accidentes de tráfico, me dispuse a oír
los comentarios de quienes me rodeaban. Me mantuve en silencio,
casi siempre buen consejero, contractando lo que oía con
lo que yo había sentido. El resultado fue que, al igual
que me pasó a mi, la cámara fotográfica
de la mayoría de mis contertulios se mantuvo colgada al
cuello, sin ánimo de -ni posibilidad- de plasmar lo que
sucedía a nuestro alrededor. Lo cierto es que intenté
buscar la mirada del resto de los participantes y en algunos
casos la encontré; era la visión que pondría
los "pelos de punta" a más de uno. Otros se
encontraban sumidos en un silencio que se podía oír
desde el exterior.
EL
OTRO LADO
De un tiempo
a esta parte se han sucedido a nuestro alrededor, de manera indiscriminada,
toda una serie de hechos que han embrutecido el ambiente motorista
de manera inusual. Lo que lo han generado se encuentran apoyados
por un ingente número de "motoristas" (escrito
con comillas) que lo único que ven en la moto es la posibilidad
que ésta les da de evasión mal entendida, excusa
perfecta para transformarse y llevar a cabo acciones que ya han
causado bastante daño a nuestro colectivo. Incluso a costado
vidas ajenas. Y yo me pregunto: ¿quienes son los culpables
?, ¿los que las ejecutan, quienes, desde la poltrona,
las toleran o aquellos que las alientan desde los bordillos?
Algunos hasta desearían ser ellos los que cometen semejantes
aberraciones.
DOLOR
Alguien tiene
que poner remedio al desmesurado ataque, falta de rigor y carencia
total de escrúpulos cuando se habla de los accidentes,
de nuestros accidentes. El único modo de cambiar la conciencia
de la gente ajena a nuestro mundo es actuando como lo hace el
moto club Biela Loca de Huelva. El MotoRocío es su estandarte
y lo defenderán a capa y espada. No es un negocio, es
una utopía; es sólo un sentimiento....pero qué
gran sentimiento.
REUNIóN
En el MotoRocío
y más concretamente en su programa, se habla del mal que
nos aqueja abiertamente y sin miedos. Sabemos que unos sufren
los accidentes por su temeridad, de éstos algunos ni tan
siquiera creen en el casco como protector de su propia vida y
otros sufren - y mueren en silencio - por la temeridad de otros.
De la concienciación de unos y otros podemos sacar muchas
conclusiones: "ni tan siquiera nosotros los motoristas nos
respetamos, no podemos pretender que el resto de los usuarios
de la vía pública nos respete". Con el MotoRocío
se lucha por eliminar los guardarraíles asesinos, por
generalizar la pintura antideslizante del asfalto de ciudades
y carreteras, y por conseguir un trato digno en todos los ámbitos
de la vida para quienes disfrutamos a bordo de una moto. Este
es el mensaje de esta modesta reunión. Modesta en número
de inscrito, pero donde importa más la calidad que la
cantidad. En la que también nos lo pasamos bien, muy bien,
diría yo; donde no se puede criticar ni la comida -deliciosa
-, ni el precio - sólo 2.000 ptas.-, ni la presencia de
impresentables -nula o casi -. Que siga así.
Paulino
Arroyo
Barcelona